Natalia Junquera es una joven y,
a la vez, experimentada periodista gallega que comenzó su andadura profesional
en la radio, pasó por la televisión y que hoy día, recupera la memoria de
nuestra historia reciente en las páginas del diario El País. Cuando se celebra
un año de la publicación del libro Vidas Robadas, cuya autoría comparte
con Jesús Duvas, pasa por los micrófonos de Entre tú y yo, para acercarnos su
trabajo y brindarnos la oportunidad de conocer que esconde cada párrafo de ese
libro destinado a dar voz a las víctimas del robo de niños, una herida abierta
del franquismo.
El Perfil
Vidas robadas: reportajes para la memoria
de España
La mañana está soleada en la capital madrileña y el
calor de un tímido verano cada vez más cercano, saca los colores a nuestra
entrevistada. Cruza la puerta del edificio emblemático del periódico El País y saluda a quienes se encuentran en
la recepción con absoluta naturalidad. A pesar de su juventud, no suma mucho
más de treinta primaveras, Natalia Junquera ha sabido aprovechar el tiempo.
Arrancó su carrera en la radio siendo la Cadena Ser su primer encuentro con la
realidad de la profesión. Desde los micrófonos dio el salto a la pantalla de
televisión en Antena 3 para acabar
echando raíces en la prensa de su tierra natal. Las imprentas de La Voz de
Galicia cederían el testigo al diario El País, su casa desde 2006.
Amable y muy humilde, recorre la redacción sin dejar ni
por un segundo de explicar los secretos que esconde cada rincón del periódico dónde
trabaja. Parece una compañera de clase dispuesta a mostrar el aula y el patio
de recreo. Entre tanto, su mirada se
empapa alegría, nostalgia e ilusión al recordar su trayectoria como
estudiante de máster. Con absoluta convicción confiesa “que entre esos muros
descubríó quiénes eran los periodistas a
los que quería parecerse”
A lo largo de la entrevista mantiene un tono suave,
sin apenas sobresaltos. Huye de términos complejos y apuesta por la sencillez en
las expresiones y los términos. Contesta con seguridad, afirmando con gestos la
rotundidad que se le escapa en las
palabras. Sin embargo, Natalia no se desprende del bloc de notas y el bolígrafo
negro que le acompañan, quizás sea defecto profesional. Lo cierto es que forma
parte de un ritual presente a lo largo del encuentro donde recuerda que el
periodista es una especie de traductor de
la realidad.
Su día a día está destinado a desvelar realidades que
la historia ha traducido al lenguaje del olvido, donde el silencio se ha
convertido en meros puntos suspensivos.
Devolverle al presente la necesidad de reconstruir el pasado es su reto. La
recuperación de la memoria histórica es una especie de herida que algunos
españoles se niegan a sufrir en silencio mientras otros fingen amnesia. Por
ello, Natalia Junquera repasa la actualidad informativa minuto a minuto en su
periódico mientras retrocede en el tiempo a través de historias presentes en
sus reportajes. Con ellas ha tratado de devolver a Federico García Lorca al
lugar arrebatado por la historia. Su firma está vinculada con los tribunales y
no es extraña su reacción al mencionar a Baltasar Garzón o Sor María.
Pinceladas de actualidad que dejarán un óleo para la historia un una colección
donde destaca “Vidas Robadas”, páginas que reencarnan la desesperación de
padres a los que les fueron arrebatos sus hijos para ser entregados a otras
familias. La historia se escribe día a día, se retoma en el tiempo y jamás se
olvida.
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