Entrevista a Manuel Rico, ex-subdirector de Público

Por Emma Vaquero

Hace dos semanas escuchábamos las palabras de dos pioneros en el periodismo digital, Almudena Hernández y Pablo Iglesias. Pues bien, de la creación de un medio digital pasamos a hablar del fin de uno tradicional. Y es que hoy contamos con el testimonio de Manuel Rico, subdirector del diario Público desde 2010 hasta su cierre el pasado mes de febrero. Gran profesional del periodismo y amante de la política, pasó por escenarios como El Correo Gallego, El Mundo en Galicia y País Vasco y revistas como Interviú o Tiempo. Ahora, reflexivo, hace un balance de los motivos que originaron la situación y del futuro incierto que se le presenta. Sus palabras denotan fuerza, comprensión y ganas de seguir luchando para sentir esta profesión y que entre todos logremos mantenerla viva.

No os perdáis las declaraciones del que fue subdirector de un medio que ha visto su fin por la difícil situación actual y que apuesta por distintos métodos para la supervivencia del buen periodismo, que según él, todavía es posible.

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El Perfil

Futuro esperanzador

Con camisa blanca y gris a rayas, aparece nuestro entrevistado en uno de los altos edificios que pueblan la calle Caleruega, en Pinar de Chamartín. Allí se encuentra la sede de uno de los periódicos nacionales que hace un mes publicó su última edición impresa y hasta ahora se mantiene en formato digital.  Hablamos de “Público” y hablamos con su subdirector, Manuel Rico, quien nos dirige a la que hasta hace unos días era la mesa de reuniones o  staff, y melancólico hace especial hincapié en que le fotografiemos en su lugar de “siempre”. De su apariencia no podríamos destacar su altura, ni su complexión, pero sí su expresión y su mirada tímidamente escondida bajo unos rectangulares espejos que denotan cierta pérdida de visión a lo largo de sus más de cuarenta primaveras. 

Natural de la ciudad peregrina, no se aprecia en su habla el acento característico, pero su entonación resulta peculiar quizás por esa herencia lingüística que lucha por permanecer en él. Pausado, reflexivo y coherente reconoce la responsabilidad que desde 2010 supuso el cargo de subdirector y asume por ello muchos de los fracasos y también triunfos por los que ha pasado durante este tiempo. Hace 27 años, en 1985, comenzó su andadura periodística en la Facultad de Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra gracias a una beca Fullbright y desde entonces ha pasado por distintos medios, en su mayoría dedicados a la prensa escrita. Se inició en El Correo Gallego, trabajó como subdelegado en El Mundo de Galicia, como responsable de local El Mundo del País Vasco, sacó adelante la edición digital de Interviú además de ser nombrado redactor jefe y ejerció de subdirector en la revista Tiempo. Aquellos fueron sus escenarios previos al debut de “Público” en 2007, cuando a elección de Ignacio Escolar, (quien en esos instantes dirigía el diario) le fue otorgado el papel de responsable de la sección de política. Manuel manifiesta durante el encuentro su profundo interés en esta sección, y reconoce que sus amplios conocimientos sobre ella hacen que sea su especialidad, pero también sabe que el cargo de subdirector le ha llevado a especializarse un poco más en casi todas las materias. 

Contundente en las respuestas, entre las que de vez en cuando libera alguna que otra tos o coletilla repentina, las envuelve en una profunda nostalgia haciéndolas difícilmente olvidables. Y difícilmente olvidable también la imagen impactante de una redacción acristalada, silenciosa, desértica… que daba la impresión de haber sufrido las terribles consecuencias de un “golpe de Estado” y que actualmente lucha por mantener en pie la web con menos de diez redactores. No fue un golpe de Estado lo que desoló la redacción, sino un ERE que ha afectado a unos 130 trabajadores de la plantilla, entre ellos a Manuel. Pese a esto y a una nostalgia inevitable, Manuel declara que no se puede vivir inmerso en un pesimismo derrotero, y al contrario, piensa que no hay que temer al futuro, sino convertirlo en una forma de hacer buen periodismo, no fijándonos tanto en el medio, como en el contenido. Este gran luchador no solo respondió a las múltiples dudas que a muchos nos ocasionó el cierre del periódico, sino que respondió también al ideal esperanzador y motivador que hace falta en momentos como este. Gracias Manuel, por tu interés y atención.