viernes, 2 de diciembre de 2011

Alfredo Matilla


El Delegado del diario AS en Santander, Alfredo Matilla, cuenta su experiencia a través de los micrófonos de Inforadio. Además de un periodista con casi diez años de trabajo en los medios se trata de un alumno de nuestra Facultad, ya que aún le quedan dos asignaturas para licenciarse. Pero su paso por el programa nos desvelará cómo piensa un periodista deportivo y lo que hay que luchar para alcanzar los objetivos que uno se marca.

Por José Luis Sainz.







El Perfil


Sentado en su lugar  habitual de trabajo, presenta una postura tranquila y relajada, de aspecto elegante, aunque informalmente vestido lo que deja entrever la juventud de nuestro entrevistado. Tenemos delante a un chaval procedente del pueblo  manchego de Alcázar de San Juan, pero también tenemos a un alumno de nuestra Facultad, a un compañero de clase, y sobre todo a un profesional de prestigio y experiencia en los medios, nuestro invitado de hoy es el Delegado del diario AS en Santander, Alfredo Matilla.

Con una penetrante mirada de ojos claros, nuestro entrevistado responde con firmeza y aplomo las preguntas formuladas ante la mirada atenta del entrevistador; que en sus respuestas encuentra la misma claridad, sensatez y transparencia, con las que ya nos tiene acostumbrados en  sus informaciones  deportivas publicadas  en  AS, el rotativo para el que trabaja. 


Matilla, es este periodista deportivo de 29 años, que coordina a un  equipo de  cinco profesionales en la redacción de su periódico en Cantabria, donde vive desde el año 2008, cuando le nombraron delegado del diario en esta comunidad del norte de España. Y allí llegó tras varios años en el AS siguiendo al Real Madrid por todo el mundo, pero nunca olvidará que sus comienzos fueron en primero de carrera en su pueblo natal.
Con el ajetreo del trabajo diario dejó un poco de lado la carrera, de la que sólo le restan los créditos de dos asignaturas para finalizar. Antes de periodista se sintió futbolista, pues militó en el Albacete hasta decidirse finalmente por seguir el balón desde el otro lado de la divisoria del terreno de juego. Pero el fútbol hoy sigue estando en su vida, y ahora vive de él, mientras que paradójicamente una de las asignaturas que le queda pendiente es Información Deportiva.

Dejar su pueblo natal y vivir con las maletas a cuestas es algo que ya tenía planeado, pues sabe que el periodista no se puede aferrar a un lugar si quiere crecer. Pero reconoce que le fue difícil salir de su  pueblo para entrar en la gran ciudad y matricularse en una Facultad fría y gris como la nuestra, que  marcó bastante a nuestro entrevistado. En esos pasillos laberínticos y en nuestras masivas clases  Matilla  encontró el amor  de una compañera de clase, que con el tiempo se convertiría en su pareja de viaje y en la persona en la que se apoya cuando vienen mal dadas.

Afirma que hoy vive feliz y satisfecho en Santander junto a Leti, su novia, también periodista,  y que trabaja para  el diario El Mundo.  Pero le gusta hablar de su futuro reconociendo que no le asusta porque aún tiene una gran carrera por delante. Su pasión y su verdadera vocación es el fútbol, aunque le apasiona  la política y la historia.

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