Aquí podéis escuchar la entrevista que le hizo Andrea Vales, redactora de ENTRE TÚ Y YO.
De ser cierto que la cara es el espejo del alma, la suya no sería, ni mucho menos, un alma pena. Siempre con una gran sonrisa, derrocha alegría y buen humor. Su trabajo le mantiene conectado a una realidad compleja dominada por tormentas, anticiclones y borrascas que, como él, no logran permanecer quietas, son imprevisibles… Sus ojos, pequeños pero con mucha chispa reflejan una personalidad humilde, cercana y dicharachera. Estas son las cualidades que le han convertido en el hombre del tiempo más carismático de la televisión en España. Y es que, Roberto Brasero, sabe mejor que nadie poner al mal tiempo buena cara.
Sus manos siempre están ocupadas. En ellas deja ver su Iphone que, según dice, es el móvil del futuro. Si opta por liberarlas, dibuja un mundo que sólo figura en su mente. Su mirada se enciende cuando abre el correo y encuentra las imágenes de quienes le siguen en su día a día frente a los laberintos marcados por las isobaras y los frentes polares. Logra, con ello, sentir el calor de su gente. Sin dejar de lado el rigor de la ciencia muestra una cierta nostalgia por los valores del campo, aquellos que dominaron el conocimiento generación tras generación y que le permiten acercarse a las necesidades de la gente en su predicción con un lenguaje vivo, próximo, con mucho color. A su alrededor se respira una intensa labor y una gran armonía. Le entusiasman los retos y entorno a ellos desata una gran tormenta de adrenalina. A escasos minutos de la presentación del programa, se adentra en su mundo e improvisa el discurso sobre el tiempo que ha preparado a lo largo del día. No precisa guión. Su nuevo espacio, Galileo, es su nuevo reto: llevar la ciencia a los hogares. Presume de ser periodista y de jugar con el lenguaje de los científicos para hacerlo más comprensible. Haciendo uso de su lozanía y frescura sólo queda desearle suerte, pues el buenhacer le es innato.
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