Isabel San Sebastián es periodista, licenciada por nuestra Facultad y con una larga trayectoria en los principales medios de comunicación de nuestro país a sus espaldas. Actualmente la podemos ver al frente del programa "Alto y Claro" en Telemadrid. Mujer luchadora, trabajadora incansable, que ha hecho un hueco en su ajetreado día a día para conversar con nosotros, como siempre, alto y claro.
Mujer de altura, mirada limpia y sincera, de amplia sonrisa que ilumina su rostro. Mujer de presencia sencilla y cercana, que ha hecho un hueco en su apretado día y nos ha abierto amablemente las puertas de su casa donde a través de un acogedor salón de colores cálidos, vemos una larga estantería llena de libros, que ilustran su gran pasión: la lectura.
Lleva años entregada al periodismo y considera que es condición sine qua non para ser un buen periodista que uno lo lleve en la sangre. Una profesión dura, afirma, en la que dice no existir horarios ni sábados ni domingos ni fiestas, donde la vocación es elemento imprescindible. Para ella ejercer el periodismo implica ser valiente, granjearse la antipatía de unos y la simpatía de otros, comprometerse y, sobre todo, ser honrado. Trabajadora incansable y luchadora en todos los aspectos de su vida profesional, Isabel San Sebastián confiesa que lo que más le gusta de su profesión es poder vivirla y contar acontecimientos decisivos para la Historia.
Siempre dispuesta a hablar y escribir alto y claro. Nunca ha dejado que el miedo le silenciara. Hace tiempo que renunció a cambiar el mundo, pero no a mejorar su propio microcosmos y a no rendirse ante determinadas situaciones. Intenta preservar su propio espacio a través de “Alto y claro”, el programa de debate que actualmente presenta y dirige en Telemadrid, y en el que hace todo lo que puede por ofrecer una tertulia plural y de calidad. Como también lo demuestra su colaboración en El Mundo a través de su columna ‘La Trastienda’ y en el programa La Linterna de su amigo Juan Pablo Colmenarejo, donde a veces acude.
Cuenta con una larga trayectoria en los medios de comunicación de nuestro país, pues ha trabajado tanto en prensa como en radio y televisión. Empezó en La Gaceta del Norte, de ahí pasó a la revista Época y más tarde a ABC. Medio con el que dio el salto a “los grandes” y en el que gracias a la ayuda de su entonces director, Luis María Anson, pudo compaginar el periodismo con la tarea de ser madre. Dos hijos que son lo más importante en su vida. Precisamente, su hija optó por la doble licenciatura de Periodismo y Derecho, siguiendo su consejo, y se ha decantado por la abogacía para alegría de Isabel, que se muestra bastante crítica con una profesión que últimamente está derivando hacia la pasividad y la mera transmisión de mensajes cada vez con menos libertad y menos formación.
Con más cosas que hacer de las que el tiempo le permite ha probado suerte como escritora y ha ido consolidando esta faceta desde que debutó con grandes reportajes recogidos en El árbol y las nueces y la biografía de Jaime Mayor Oreja, y una serie de entrevistas a víctimas del terrorismo en Los años de plomo. Su irrupción en la ficción llegó con Cuentos de María la Gorda, y después apostó por la novela histórica. La Visigoda le trajo un gran éxito y además el Premio de Novela Histórica de Ciudad de Cartagena, después vendría Astur y la última, Imperator. Libros en los que Isabel está muy presente y en los que ha puesto mucho corazón, donde sus respectivas protagonistas, Alana, Huma y Braira se convierten en su fiel reflejo de mujer luchadora.
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